Cinco palabras que nos limitan

Cinco palabras que nos limitan
 

CINCO PALABRAS QUE NOS LIMITAN

 

    Muchas veces los seres humanos nos convertimos en marionetas, en comportamientos y sentimientos mecánicos.

       La razón de las próximas palabras que leerás, es precisamente revisarnos y tomar una acción más positiva en nuestras vidas. Lo que más le preocupa a las personas programadas es tener razón.

      Tienen miedo a perder sus ideas, en las que se apoyan, porque les da pavor el riesgo, el cambio, la novedad y se agarran a sus viejas ideas porque están fosilizadas.

 

        Temor

 

    ¿De dónde creen que provienen los temores? También de los apegos. Sin apego no hay temor.

      ¿Lo pensaste alguna vez? Estamos atados a cosas que no existen, tenemos miedo de cosas que no son… Son ilusiones, falsedades, creencias, no realidades.

     ¡Qué agonía pasamos por cosas de las cuales parece depender nuestra felicidad!

 

        Sufrimiento

 

    Experiencias agradables vuelven la vida placentera; experiencias dolorosas la llevan al crecimiento.

      El sufrimiento nos muestra en dónde no estamos bien, en dónde aún no crecimos. ¿Cuál es la causa del sufrimiento? La actividad mental, la construcción de pensamientos.

     Algunas veces la mente está en reposo, y todo está bien. Pero otras veces ella comienza a actuar, elaborando lo que Buda llama la construcción de los pensamientos.

      Comienza a hacer juicios, evaluaciones, a tener distintos y variados pensamientos. La mente se mueve para evaluar cosas, juzgar personas y acontecimientos.

      El sufrimiento es el resultado de las evaluaciones, juicios y construcciones mentales.

 

        Soledad

 

    Al enfrentar la soledad, descubrimos que ella no está allí.

      ¡No hay ningún vacío! Lo que tú buscas está en tu interior. Al enfrentarte con todo lo que hay en tu interior, aquello de lo que huyes desaparece. Y lo que buscas viene a la superficie.

      El amor no es compartir la soledad. Las personas se sienten vacías por dentro y se apuran a rellenar el vacío con alguien. Eso no es amor.

      Para huir del vacío de la soledad, las personas se entregan a toda especie de actividades, al trabajo, a los brazos de alguien. Pero la cura para la soledad no es el contacto con seres humanos, sino un contacto con la realidad.

      La soledad es necesaria para comprenderte fuera de toda programación. Sólo la luz de la conciencia es capaz de expulsar todas esas ilusiones y pesadillas en las que estamos viviendo y, con ellas, expulsar también los rencores y apegos.

 

        Odio

 

    El enemigo del amor no es el odio, sino el miedo.

       El odio es sólo una consecuencia del miedo. La vida se escapa y hay que aprovecharla hasta el fondo.

      Importa fijarse en la ofensa, para aprender, pero no en el ofensor, que actúa por su programación. Liberarte del odio es lo mismo que liberarte de tu miedo, pues el miedo es lo que produce el odio.

      Y si el miedo es por ti mismo, es que te estás odiando, y si anida el odio en ti, odiarás a todo el mundo.

 

        Miedo

 

    El miedo genera los deseos. Los deseos son otra consecuencia del miedo.

       El miedo es provocado por lo no existente. Tienes miedo porque te sientes amenazado por algo que ha registrado la memoria.

      Todo hecho que has vivido con angustia, por unas ideas que te metieron, queda registrado dentro de ti, y sale como alarma en cada situación que te lo recuerda.

      No es la nueva situación que te lo recuerda. No es la nueva situación la que te llena de inseguridad, sino el recuerdo de otras situaciones que te contaron o que has vivido anteriormente con angustia que no has sabido resolver.

      Si despiertas a esto, y puedes observarlo claramente, recordando su origen, el miedo no se volverá a producir, porque eliminarás el recuerdo.

      El que es capaz de liberarse completamente del miedo… no es violento. El miedo no es algo innato, sino aprendido. Tu miedo brota de la manera que tienes de ver las cosas y de las consignas de tu mente.

      Analiza sinceramente, sosegadamente, cuáles son tus cárceles imaginarias y el porqué de tus miedos.

 

Anthony De Mello