Se puede

Se puede
 

 

SE PUEDE

 

    ¿Cuántas veces nos arrepentimos de no haber hecho algo?. ¿Cuántas veces tenemos la oportunidad pero “algo” nos impide llevarlo a cabo?. ¿Y si ese arrepentimiento llega demasiado tarde y ya no tenemos tiempo para rectificar?.

 

    Creo que siempre es mejor arrepentirse de haber intentado hacer algo y fracasar, que arrepentirse de no haberlo hecho.

 

    Una vez escuché decir a alguien que se dedicaba a cuidar personas ancianas que, cuando se estaba acercando la hora de la muerte, la mayoría confesaba que hubieran deseado ser más valientes para hacer en la vida lo que realmente les gustaba y no dedicarse a hacer lo que los demás querían o esperaban de ellas.

 

    Todavía es posible que estés a tiempo de vivir la vida que realmente quieres, de tomar las decisiones adecuadas para que esto suceda, sobre todo si hay algo que no está funcionando bien, quizás sea el momento de realizar algún cambio.

 

    Simplemente pregúntate: ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Los resultados me satisfacen o algo está fallando?

 

    Si los resultados son satisfactorios entonces estás de enhorabuena, pero si algo falla y la vida que llevas no es plena, entonces es posible que necesites cambiar el enfoque y elegir hacer algo diferente.

 

    Hay que tener la valentía suficiente para dejar de lado las viejas costumbres  y darle la oportunidad a algo nuevo.

 

    Existen varias causas por las que uno puede estar anclado y viviendo siempre las mismas situaciones  y conflictos, pero, si nos damos cuenta, podemos reaccionar y dar un giro para que nuestras vidas sean como realmente deseamos.

 

        El temor al fracaso

 

    Esta es una de las causas que nos impiden cambiar y avanzar. No es malo fracasar, porque de ello se saca un aprendizaje.

 

    Es posible que el fracaso en principio te produzca dolor  pero si dejas que el miedo te paralice y no vuelves a intentarlo te quedarás sin haber aprendido la lección y no llegarás nunca a conseguir lo que realmente vale la pena y te mereces.

 

    No te preocupes en exceso de los errores que cometas porque las mejores cosas suelen suceder cuando hacemos un giro completo después de un fracaso.

 

    Deja de lado los miedos y ten fe, una fe inquebrantable, en que el éxito te llegará y disfrutarás de él.

 

        Las excusas

 

    Cuando realmente deseamos algo siempre vamos a encontrar el modo de hacerlo pero si nos dejamos influir por la pereza siempre vamos a encontrar una excusa.

 

    No es cuestión  de obsesionarse y dedicar todo el tiempo a una sola cosa sino poner todo el esfuerzo necesario para que tenga un resultado positivo.

 

    Cuando plantas un árbol no lo estás regando todo el rato para que crezca, pero si necesita cuidados para que dé frutos.

 

        La zona de confort

 

    La vida continuamente nos está poniendo pruebas que tenemos que resolver, porque se trata de un aprendizaje en nuestro proceso evolutivo. La resolución de estas pruebas suele causarnos algún dolor o malestar y en ocasiones, en lugar de afrontarlas, elegimos la estrategia de negar y alejarnos de ese dolor y continuar instalados en la zona de confort que nos es conocida. “Mejor no hacer nada que sufrir haciendo algo”

 

    Cuando te instalas en la zona de confort estarás haciendo siempre las mismas cosas, aunque estas no te beneficien.

 

    Cuando sales de ella descubres lo que realmente eres capaz de hacer, te enfrentarás a obstáculos y descubrirás que eres capaz de superarlos.

 

        Culpar al pasado

 

    Es cierto que el presente es el resultado de las decisiones que hemos tomado en el pasado, pero si este presente que estás viviendo no te gusta, no te quedes de por vida culpando ese pasado, ni a las personas que han compartido esa parte de tu vida.

 

    Seguramente las cosas se podrían haber hecho de distinta forma, pero nada de eso puede cambiarse ya.

 

    La mejor opción es perdonar y perdonarse por lo sucedido, y liberarse para poder optar a un presente libre de cargas.

 

        Centrarse en lo que falta

 

    Si continuamente te fijas en lo que no tienes, estarás necesitando siempre alguna cosa. Siempre te faltará tiempo, medios, dinero, etc.

 

    El éxito de cualquier misión no se basa exclusivamente en tener muchos recursos para llevarla a cabo sino en saber utilizar los que se tienen de la forma más óptima posible.

 

    Si solamente nos centramos en lo que no tenemos estaremos vencidos de antemano.

 

Encarna